El Pecado en la Biblia

 


A Dios no le perturban ni preocupan los pecados humanos. El Judaísmo [que no conoce a Dios como Triuno que es], instaló la idea de un Dios verdugo, que se molesta por cualquier pecado de los hombres, y pierde la cabeza, decidiendo de inmediato castigar al pecador. El falso evangelio que fue diseminado en el medio “evangélico” que tanto critica al Catolicismo, pero que fue de él que heredó, es SIONISTA, una nueva versión del Judaísmo, con la convicción de que Dios priorizó al pueblo israelita ilimitada e perpetuamente, por sobre todos los demás pueblos del mundo, en cualquier tiempo y lugar, enfocado en ellos, y no en la promesa del Mesías, o en todo caso, sí en “otro mesías” a su medida, imagen y semejanza materialista, guerrera, y expansionista.

En todo el Antiguo Testamento el incómodo en Dios, la molestia, lo que realmente le mueve, pero no le desequilibra, está descrito -no en vano en primer lugar-, al iniciar los Diez Mandamiento.

“No tendrás dioses ajenos delante de mí”. Antes, le comunica la razón: “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de siervos”. En otras palabras, <<Les hice Mi Pueblo por pura gracia; no por esfuerzo y sacrificio vuestro; y sin nada a ver con la méritocracia”. “Ya no son más esclavos, sino dueños”. “¿Por qué pelean por obtener lo que ya tienen?”. Es que el falso dios MAMÓN les incita a la ambición, y ese dios es el que, sin querer, o queriendo, la mayor parte del Cristianismo Protestante está enfermo de “capitalismo”, heredado de la falsa Iglesia Católica.

Dios no tiene problema con el hombre. Es el humano que tiene problema con Dios, y su problema no es es su pecado sino EL POLITEISMO: El tener otros dioses delante de Dios.

En el Nuevo Testamento, con mucho más razones, el problema del hombre sigue siendo EL POLITEÍSMO. Por eso es que Jesús dijo en Juan 14. 1: <<Ustedes creen en Dios, entonces debieran creer también en Mí”. Aquí Él no indujo al politeísmo, sino que, como generando inferencia requirió que los que creen en el verdadero y único Dios le recibieran a él como el mismo Dios.

Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento los judíos esperaban a uno Prometido que les salvara de sus pecados, les perdonara, y les diera la libertad de servirlo no como pecadores y esclavos, la vida entera atados a pagar por sus pecados como los siervos de los otros dioses, porque tampoco nunca se sentían perdonados y disfrutaban del descanso que la pureza y la santidad producen.

Llegó el Prometido, la Promesa, y el Sacerdote judío Zacarías, padre de Juan el Bautista dijo: “Bendito el Dios de Israel que […] ha redimido a su pueblo, y nos levantó un poderoso Salvador […] (para) salvación de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos odian; […] y acordarse de su santo pacto; […] que nos había de conceder que, librados de nuestros enemigos, sin temor le serviríamos, en santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días” […]. “Salvación a su pueblo, para darnos perdón de sus pecados”. Fuimos creados para servir a Dios en Su Plano Eterno, no para servirnos o servir a otros dioses. Bien Zacarías percibió los dos propósitos del Prometido: 1) Libertad temporal, humana, para trabajar, prosperar, y vivir en paz aquí y ahora, y; 2) servir al verdadero Dios todos los días, perdonados sus pecado y salvados eternamente. Sin embargo, según Romanos 9 y 11 claramente se ve que ellos mantuvieron y mantienen el primer propósito de su elección, pero perdieron temporalmente el segundo, que al recuperarlo, lo hacen por su inclusión en la Iglesia. Pero si la Iglesia va a degradar al modelo de vida de los judíos de antes de cumplirse la Promesa, en cuanto al pecado, la Salvación y el descanso, pues, el mundo está definitivamente perdido.

El problema humano no es el pecado. Es tener dioses ajenos delante de Dios, tales como a MAMÓN, hombres, políticos, fundadores, bienhechores, actores, progenitores, denominaciones religiosas, doctrinas, ideologías o filosofías, etc.   

La Biblia señala que peor que la homosexualidad es la hipocresía. Y peor que la hipocresía es la traición: habiendo sido salvos por Jesucristo, volvernos al Judaísmo, al Sionismo, a la Teología de la Prosperidad, al Marx del Ateísmo, a la Ortodoxia o Fundamentalismo Protestante, al Universalismo Católico o al Libertarismo político en “iglesias” que más son antros de libertinaje que libertad de la Gracia, o cualquier otro dios.

Tito Berry

   

Comentários

Postagens mais visitadas deste blog

Eles levantam a Bíblia que não conhecem nem a vivem!

JESÚS DESCRIBE EL CORAZÓN DEL AUTOR DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS