PENSAR JESÚSMENTE…

 

No es juzgar, ni mucho menos discriminar, pero me asiste suficiente basamento de vida, teología, ministerio, trabajo y familia, para mostrar a mis contemporáneos amantes de la Biblia, y probablemente a las futuras generaciones, un camino de excelencia y honestidad.

Durante la presente pandemia, según Rubén Proietti: https://lacorriente.com/ruben-proietti-actualmente-hay-mas-de-130-pastores-fallecidos-por-covid-19/?fbclid=IwAR21QmTI6ee6U2dsN1g6l7WCxsl0PbvdQE_svcL9XiTpuJUq_xJic2zU4YI, partió con el Señor más de 130 pastores argentinos. Los que aún quedamos vivos, seríamos cínicos e irresponsables si no reflexionáramos sobre tan alarmante suceso. No son horas de mostrarse impecables, ni de defender muertos, ni mucho menos de erigirlos íconos de la Iglesia. Lamentablemente, los cristianos en eminencia, como el mundo, veneran desde una óptica capitalista [la señal en Caín: la perpetuidad de la religión o “Camino de Caín” que sólo el Señor es digno de apagar, un día], y es lo que hay y siempre hubo, por lo que mi grito “en el desierto” sólo puede parecer loco.

Por mi paso aquí, no pretendo que un día me conviertan en monolito venerable, un “santo” o imagen “evangélica” y no “infame” como las católicas. Pero no puedo escuchar a nadie, ni mirar para ningún lado, sino sólo al Invisible de Moisés, y Revelado de Juan.

¿Qué puede ser que le conserva la vida y la prolonga sanamente a un siervo de Dios cuando no come manjares saludables, no vive en mansiones, no es servido por empleadas domésticas, no tiene todo el confort más elevado de los hoteles 5 estrellas, ni una sala vip; y si no tiene una pileta ultramoderna en el patio, un jardín, un parque donde amanecer, un bosque por donde distraerse, o concentrarse en Dios, un buen automóvil, con chofer especialista, junta médica de cabecera, plano de salud ultra sofisticado, aviones propios o disponibles, y una corte que le escolte por su seguridad a hacer campañas evangelísticas o a dar conferencias? ¿Y si no padece el desmembramiento matrimonial y familiar; el desbande de discípulos [y antes le siguen millares de congregantes], y no ostenta altos cargos denominacionales, protagonismos socio políticos imponentes, jefaturas de Convenciones y construcciones de templos y propagación exponencial de sus ideas?

Tal vez necesitemos cambiar nuestra manera de juzgar las cosas y a las personas, y que erradiquemos las idolatrías interiores, a fin de que podamos disfrutar más genuinamente de lo que Dios ha dispuesta para nuestro HOY, y aunque buenos recuerdos de hermanos en Cristo, siervos y amigos nos generen lágrimas, que capitalicemos en vida, para, caso quedemos más tiempo aquí, y ya desde otra perspectiva podamos leer sus historias según el Plano Eterno de Dios, y no sujetos a nuestras experiencias, sentimientos e ideas idolátricas u odiadoras.

Si hermanos como Calvino y como Arminio son respetados por nosotros hoy, que mañana maduremos y que sin crucificarlos, ensanchemos nuestros corazones para incluir a otros santos más, y que nada nos impida disfrutar hoy -y mañana- mucho más aún, de quienes no defienden partidos sino EL TODO, lo que une, reconcilia, edifica y no confunde ni pierde ni genera divisiones y encantamientos enajenantes a lo de Cristo Jesús [Fil 2. 1-11].

Tito Berry