Ministros de Cristo: Vivan y Enseñen a Vivir Reino de Dios
Los Aspectos Interno y Externo del Reino de Dios
Según el Apóstol Pablo, el Reino de Dios consiste en justicia, paz y gozo. Entretanto, debemos percibir que se trata de tres virtudes en el cristiano, no en la gente común, pagana e inconfesa; pues, la frase termina diciendo “en el Espíritu Santo” en Romanos 14. 17-18, e incluye de manera especial a los que sirven en la Iglesia.
En otras palabras, Pablo confiesa que el Señor de la Iglesia espera de sus ministros, que sean el ejemplo en la comunidad cristiana, luego, toda esta comunidad, ejemplo para el mundo.
Pero implícitamente aquí hay otro elemento: Se trata de tres virtudes eminentemente de efecto Externo, o sea, público, pero que nacen del aspecto Interno.
Preguntémonos los del Reino, y mucho más los ministros: ¿qué es la antítesis de esas tres virtudes? O sea, ¿cuáles son los vicios extremadamente dañinos para los que no confiesan ni viven la fe cristiana, con contaminación a los cristianos? Simplemente, son: la injusticia; la guerra; y la inseguridad.
¿Cuáles son los mecanismos humanos comunes por eliminar esos vicios en nuestras sociedades organizadas? Para la injusticia, los Derechos Humanos, las leyes, las Convenciones y los Tratados internacionales. Para las guerras, son los Tratados de Paz, la eliminación de Sanciones Comerciales; el Nacionalismo Inclusivo, e Inversiones en la Vida y la Salud, la Educación, y la Producción. Para la eliminación de la Inseguridad, suele ser la rigidez, la severidad, el castigo, los juicios y las condenaciones, procesos y prisiones, y más cárceles y más restricciones a las Libertades humanas genuinas.
¿Está el hombre reaccionando bien contra la injusticia, la guerra y la inseguridad? ¡No! Hasta ahora, y en toda la historia humana, nunca funcionaron las recetas de los hombres, porque los mismos que hacen leyes, son los que las violan, tuercen, o manipulan; y tanto legisladores, como jueces, agentes de seguridad, y ejecutivos, tienen la corrupción adentro de sí, y como disparador del egoísmo, la delincuencia. Bueno. Este es un resumen muy escueto. En conclusión, sólo los que habitan el Reino de Dios [y principalmente los ministros] debieran, pero también son los únicos que pueden cambiar en el mundo algo de este estado caótico del Anti-Reino de Dios, porque se trata de Valores del Reino.
Es cuánto mínimo, una farsa que los cristianos arguyan defender VALORES, cuando estos son natos y no innatos en el cristiano, y por su naturaleza, nunca nada ni nadie les impedirá ser justos, pacificadores, seguros y equilibrados en todo. En medio de tanta opresión del mundo, será común que nos debilitemos por momentos, y nos deslicemos, pero “siete veces cae el justo, y se vuelve a levantar”, por eso mismo es que luego podrá perdonar setenta veces siete, porque los Valores y las Virtudes siempre tienen una cualidad ilimitada en comparación con los vicios.
Nuestra lucha contra la injusticia, la guerra y la inseguridad jamás puede alinearse con ninguno de los esfuerzos humanos, ni con todos ellos juntos, pero, por ser partes de la Ciudadanía Terrenal tenemos Derechos y Deberes como también entendió y los aprovechó Pablo, pero entonces, lo único y lo básico, que no debiera faltar en el cristiano, es batallar contra la injusticia, las guerras [contiendas, discusiones, rivalidades] e inseguridades, en el Aspecto Externo, que es lo que se ve y se siente más de inmediato, con mayor dimensión, y más desastrosamente.
Sin embargo, vemos el Aspecto Interior como el mundo no puede ver. Por ello, la visión, los sentimientos, las experiencias, la interpretación, la opinión, las convicciones de la gente mundana, y hasta la misma ciencia y los mismos intelectuales, jamás pueden formatear y regir nuestra Fe. Somos nosotros, los que debiéramos tener una Fe tan científica, tan coherente, tan justa, tan amorosa y compasiva, tan misericordiosa, de amplia y profunda comprensión de la finitud humana, y el amor y el poder de Dios, así como tan real en la experiencia de los cuidados del Señor haciéndonos vivir seguros, en paz y con gozo verdadero, que la gente pagana debiera correr a nosotros para saber los porqués, y cómo imitarnos.
10.06.21
Tito Berry

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